En cada sesión de retrato surge la misma pregunta: «me tendré que quitar la mascarilla, ¿verdad?». La respuesta es SI, siempre que las condiciones del espacio nos permitan respetar las medidas de seguridad Covid19.
En cada lugar que visitamos, buscamos espacios amplios en los que poder trabajar de forma segura.
De manera habitual (sin pandemia) los objetivos más utilizados para hacer retrato son los que se encuentran en longitudes focales entre 85mm y 200mm, para los que no tengan nociones de fotografía esto quiere decir que la distancia entre fotógrafo (siempre con mascarilla) y retratado es de 3 a 5 metros, superando así ampliamente las medidas de distancia social.
Ver el resultado en la cámara junto al retratado es importante para asegurarnos de que todo va bien, pero implica un acercamiento físico. Para evitar este riesgo trabajamos con un ordenador conectado a la cámara, de manera que podemos ver los resultados con la suficiente distancia.
No hay riesgo alguno siempre que el trabajo se realice con las correctas medidas de higiene, ventilación y distancia social.